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CONTANDO HISTORIAS

¿Por qué queremos contar algo? ¿Qué queremos contar y cómo contarlo?

El ser humano siempre interpreta la realidad; todo en el arte es una interpretación personal y subjetiva de la realidad, por lo tanto, es sólo una ilusión, pero una ilusión cuyas raíces están fuertemente arraigadas en el mundo en el cual vive el autor.

Consultado Buñuel sobre las fuentes de inspiración para sus películas, respondió: “hay problemas que me interesan y preocupan desde hace años.  Releo mis lecturas de cuando era joven y recuerdo muchas cosas. De pronto retengo una idea. A veces también un cuadro que he visto y del cual se desprenden otros cuadros, de los que surgen ideas.  A veces las ideas y sugerencias se vienen de mi observación de la realidad, tal como se refleja en la crónica cotidiana de los diarios.”   Es decir, cada dramaturgo, guionista o autor en general, arrastra su propia carga vivencial; el propio bagaje que sus percepciones interna y externa han acumulado a lo largo de la vida.

Las fuentes de inspiración son múltiples. Los temas e historias en sí mismos no son simples, ni obvios, ni burdos.  Un tema leído, releído, visto y discutido una y mil veces, puede tener una nueva dimensión, una insospechada expresividad, si hay un creador que es capaz  de dar una visión personal y particular sobre ellos. Para ello es importante no temer a cualquier tema, ser capaz de mirarlo sin miedo dentro de uno mismo y expresarlo con total honestidad.

Existen reglas para presentar una historia, enunciadas y cambiantes desde Aristóteles hasta hoy.  Lo importante es que para ser capaz de romper y cambiar una regla, darla vuelta y proponer una nueva forma, hay que conocer el punto de partida.  Ya no es necesario ceñirse a las reglas entregadas por Aristóteles, ni a las variables más complejas y abstractas de varios investigadores y filósofos, pero sí es importante conocer los cimientos básicos de la teoría del drama para poder construir el edificio que se quiere diseñar.

El drama basa su estructura y desarrollo a partir de la naturaleza humana y sus infinitas contradicciones.  Así se construyen los personajes enfrentados a diferentes situaciones y experiencias,  que mueven la acción, con sus motivaciones, búsqueda de logros, conflictos y arcos que los llevan a nuevas visiones de la vida, acompañados por el espectador.

EL GUIÓN ES EL SUEÑO DE UNA PELÍCULA

“Escribir un guión es mucho más que escribir. En todo caso, es escribir de otro modo; con miradas y silencios, con movimientos e inmovilidades, con conjuntos increíblemente complejos de imágenes y de sonidos que pueden tener mil relaciones entre sí, que pueden ser nítidos o ambiguos, violentos para unos y dulces para otros, que pueden impresionar a la inteligencia o alcanzar el inconsciente.” (Jean Claude Carrière)

La pantalla de cine se puede comparar con el espejo de la realidad, que solamente capta aquello que es de interés y deja de lado todo lo superfluo.  Una película es una selección y combinación de signos que conforman un lenguaje: el lenguaje audiovisual, expresado en imágenes y sonidos.

Con este lenguaje conformado por imágenes, colores, luces y sombras, sonidos y silencios, se debe atrapar al espectador en un ritmo que no significa rapidez, sino movimiento hacia el futuro, a través de la selección correcta de la información que se entrega, provocando curiosidad, suspenso y/o sorpresa; creando secuencias dramáticas interesantes, en búsqueda de la solución de un conflicto a través de las acciones y la confrontación de los personajes. El logro de esto se basa fundamentalmente en el conocimiento a fondo de las estructuras correctas y su funcionamiento en la mente del espectador.  Allí, la imagen es el alma del film.  Según el director Howard Hawks, el público recuerda mucho más las escenas que los argumentos  (pocas personas podrían narrar perfectamente el argumento de La Quimera del Oro, pero es difícil haber visto la película y no recordar a Chaplin comiéndose las botas).  Si se recuerda todas aquellas escenas que se grabaron imborrablemente en el público, es fácil darse cuenta que todas pertenecen esencialmente al medio fílmico, su expresividad está dada por la imagen; es decir, todas fueron concebidas como expresión cinematográfica: imagen en movimiento.

Por eso es necesario para el autor el estudio y el análisis del medio cinematográfico y su lenguaje particular y diferente.

Siempre que se pregunta a un gran actor qué lo motiva a interesarse en una película, su primera apuesta siempre es el guión; un buen guión es la semilla de una buena película.

Escribir un guión es escribir, corregir, reescribir, recibir comentarios y críticas, volver a corregir y reescribir.

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